Leer es interpretar el mundo. Los niños que se acostumbran a leer desde muy temprana edad tienen mejor desenvolvimiento en su formación integral. Aprenden a comprender todo lo que les rodea.

La lectura estimula el cerebro y crea relaciones duraderas entre las ideas, a parte de que mejora la memoria, aumenta el vocabulario, estimula la imaginación y acrecienta el acervo cultural. Cuando leemos entramos en contacto con nuevos mundos que se conectan con los patrones ya existentes, creando espacios de pensamientos profundos.
Con relación al vocabulario, es importante recalcar que las palabras se reconocen cerebralmente cuando se envían las informaciones de una dentrita a otra. Esto causa una conexión que va en aumento. Al reconocer una palabra, la relacionamos con otras y creamos redes neuronales que permiten la creación de ideas mucho más amplias. Por eso, al leer, estamos ampliando nuestras redes de pensamiento y posibilidad de razonamiento.
Los niños empiezan a conocer el mundo a través de palabras que representan realidades concretas: mesa, silla, pingüino, amor… y se va relacionando con acciones y características propias de cada realidad. Así, aprenden a asociar la mesa con la hora de la comida, con el apoyo de libros y cuadernos; la silla con el sentarse; el pingüino con el frío, el hielo, con las aves, etc. A medida que crecen, sus necesidades para nombrar y conocer objetos también aumentan y la lectura constante le ofrece la oportunidad de crear mundos posibles y dejar fluir la imaginación.

«Los niños empiezan a conocer el mundo a través de palabras que representan realidades concretas».
Las escuelas juegan un rol fundamental en la estimulación del placer de la lectura. Simular escenas, hacer narraciones con personajes, títeres, teatro infantil, cambiar el tono de voz, hacer sonidos o incluir actividades artísticas son algunas de las acciones posibles para guiar al niño en el fascinante mundo de los libros.
Los libros infantiles despiertan el placer estético, además, pues dan la oportunidad de estimular a través de las imágenes la sensibilidad estética, dimensión que nos permite apreciar la vida y disfrutar de la belleza. ¡La infancia es el mejor momento para regalar libros!